lunes, 8 de octubre de 2007

Interesante articulo sobre las tribus urbanas Chilenas

Nuevas "tribus urbanas" atrapan a los jóvenes
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Impertérrito, con su característico cabello despeinado, Jorge Lizama fue formalizado el sábado por apedrear el auto de la ministra Gloria Ana Chevesich. Cinco meses antes había sido detenido por destruir un local de comida rápida en plena Alameda. Cuando egresó el 2005 del colegio se convirtió en "vegano", tendencia vegetariana que gana adeptos y que se suma a otras que atrapan a los jóvenes que no "enganchan" con el sistema... La Segunda investigó qué piensan -y cómo visten- cuatro tribus urbanas.Por Miguel Ortiz y Andrea de la CruzVeganos: Vegetarianos extremos y no violentistasSi viviéramos en la ficción que recrea la película de Jodie Foster "Contacto", un vegano sería aquel habitante del remoto planeta desde el cual la rubia actriz recibe una señal.Pero el término no tiene nada que ver con extraterrestres, ni naves espaciales. Ni siquiera se trata de gente de otro planeta, sino que de personas comunes y corrientes que son algo así como vegetarianos extremos. No consumen ningún alimento que tenga relación con los animales. Por ello quedan fuera de su dieta productos como la leche, los huevos y hasta el pescado.Así lo cuenta Sebastián Serrano (21 años), estudiante de cuarto año de Filosofía de la Universidad de Santiago (Usach), quien adhiere a esta tendencia o estilo de vida. "Somos personas un tanto más conscientes que los vegetarianos. Somos más activos que ellos. Por ejemplo, cambiamos nuestra forma de vestir, no por otro estilo, sino que tratas de no comprar cosas de cuero que impliquen el sufrimiento de un animal", explica el joven.Respeto por la vidaA los 16 años "impactado" por el hecho de que "haya que matar un animal para alimentarse", dice que empezó a dejar de comer carnes rojas. Luego abandonó las blancas y, más tarde, los lácteos y quesos."Somos un fenómeno social más que un movimiento hecho y derecho. Creo que en los últimos cuatro años hemos crecido, pero no sé cuántos somos", confiesa. No tienen directiva, ni una orgánica definida, pero su empatía con el mundo animal los hace acercarse a organizaciones de ese tipo. "No estamos agrupados políticamente, no tenemos la misma filosofía de vida. O sea, tú puedes encontrar veganos punkies, hip-hoperos, metaleros", cuenta."Lo que uno hace es estar invitando constantemente a la gente a conocer tu estilo de vida y desde el momento en que me vuelvo activo tengo la responsabilidad de ser saludable, que me vaya bien en la "u", para que otros quieran que les vaya tan bien como me va a mí", explica.Sobre Lizama asegura que no es representativo de los veganos. "Uno está manifestando diariamente un respeto por todas las formas de vida, entonces manifestarse violentamente atenta contra la idea central de esta forma de vida. Ahora quedamos todos los veganos estigmatizados". Emos: el legado fashion de los chicos "Kudai"Emocionales.Así se definen quienes pertenecen a esta incipiente tribu urbana... y de ahí, precisamente, sacaron su nombre. Los "emo" son jóvenes entre 13 y 20 años que buscan -según ellos mismos lo aseguran- "pacificar el mundo a través de la propia paz interior (...) Contagiar, sin contacto alguno, sus emociones a los demás". Por eso es que hay quienes los tildan de "depresivos", "autistas" o "freaks": son de pocos amigos y pasan gran parte del día escuchando música funk en sus iPod.Los "emo" hacen nata en el Portal Lyon o en el EuroCenter de Santiago. En esos lugares pueden encontrar con facilidad los discos de sus grupos favoritos (Mychemical Romance, Braid, Mineral y The get up kids), además de las prendas de vestir que logran hacerlos absolutamente identificables: visten jeans holgados dejando ver sus boxers o sus calzones de colores con motivos infantiles en el caso de las niñas. Usan ropa vintage comprada en la ropa usada, polerones canguro, poleras de diversos colores (ojalá estampadas con estrellitas o un gran número en la espalda), gorritos de malla. Calzan zapatillas con enormes lenguas y cordones de colores, o también las típicas chapulinas. ¿Marcas preferidas? Vans, Adidas, Globe, DC, BK y Converse. También procuran lucir elementos decorativos unisex como chapitas, parches con Bob Esponja u otro monito animado del momento, dados, cinturones de escamas, muchos piercing, expansores en la oreja y tatuajes.En nuestro país, según cuenta la emo Tamara Planella (17), "la moda comenzó con el éxito del grupo Kudai y el estilo entretenido con el que se vestían (...) Todos los imitaban y poco a poco algunos se fueron interesando en la filosofía de vida que hay detrás de esa forma de vestirse".Y es que para Tamara, que ingresó a esta tribu de la mano de su pololo, ser "emo" significa "enfrentar la vida desde una perspectiva netamente emocional, hay que pensar con el corazón, no con la cabeza... y eso se traduce en una forma original de vestirse".Los "emos" son considerados "pernos" por aquellos jóvenes que cultivan el estilo punk o el dark.Clowns: Payasadas al rescate de los marginados Cuando dan la luz roja hay dos opciones: o se acerca un anciano pidiendo limosna... o un improvisado circo se apodera de la calle por algunos segundos. Los clowns -o payasos malabaristas- han proliferado rápidamente entre nuestra juventud y poco a poco se han apoderado de cuanto semáforo hay plantado en la ciudad.Y si bien algunos están ahí por una cuestión de necesidad, los verdaderos clowns están muy lejos de ser un termómetro de los niveles de cesantía nacional.Luis Román (22) abandonó sus estudios de psicología para dedicarse a hacer payasadas y "alegrarle la vida a una ciudad gris y triste (...) Me inscribí en un taller de clowns cuando tenía 19 años y me encantó, me di cuenta de que me quería dedicar a esto de por vida"."La vida como clown es, por sobre todo, entretenida: siempre hay motivos para reírse... y cuando hay pena, uno siempre está rodeado de personas que te logran sacar una sonrisa", explica Román. Por eso, añade, es que "muchos jóvenes han enganchado con las ganas de ser payaso (...) Algunos incluso lo asumen como terapia para superar trancas personales. Formamos una tribu de personas que se ayudan mutuamente".De hecho, y en una labor que el "Circo del Mundo" ha logrado profesionalizar, el arte circense es hoy una herramienta para sacar de la marginalidad a muchos niños y jóvenes que se encuentran perdidos en la pobreza y la droga. Daniela Oyanedel (23) es monitora del circo y cree que "las proezas y piruetas son muchas veces el mejor aliado para desarrollar el compañerismo, la amistad, el trabajo en equipo, la inteligencia emocional y las habilidades psicomotoras". Daniela hasta ha participado en programas del CONACE.Reggaetoneros: Poseídos por el "perreo"Lúcete modelocoge vuelo, revuelve tu pelo,aunque a tu gato le den celos.La letra de esta canción puede dar risa... y la melodía hacer bailar hasta a los más timoratos. Pero hay quienes asumen el contenido de las canciones del reggaeton como un verdadero "estilo de vida". Y todo desde que esta tendencia musical se apoderó incluso de las fondas, desplazando a la ya "tradicional" cumbia.Marcos Poblete (19) es un maipucino fanático del reggaeton: "Paso todo el día escuchando a Don Omar (...) Hasta en clases, muchas veces, me conecto a escondidas los audífonos y escucho reggaetons mientras pasan materia". La experiencia, cuenta, es "muy estimulante porque al final el reggaeton es la banda sonora de mi diario vivir y el perreo (forma de bailar) mi mejor manera de coquetear".-¿Por qué crees que el reggaeton provoca esta "adicción" en algunos?-Porque las canciones, por decirlo de alguna forma, son de autoayuda, de crecimiento personal, de desarrollo de la personalidad, te invitan a ser un gallo entrador, aperrado, seductor. Además que las letras siempre riman, y eso pega fuerte... además de enriquecer el vocabulario.Y la vestimenta, obviamente, debe acompañar esta forma de desenvolverse: las poleras son talla XL y de algún equipo de fútbol de segunda división. Las zapatillas son capítulo aparte: grandes, con cordones vistosos sin amarrar, siempre impecables. (ir sitio En Ná?...Busca tu destino...)